Chía… ¡al matadero!
- Redacción La Lupa
- 6 jul 2015
- 2 Min. de lectura
La actividad cárnica de sacrificar reses para brindarle al ser humano el alimento proteínico diario es una tradición de años. Dentro de todas las medidas de salubridad que el proceso del tratamiento de la carne debe tener – desde la separación de los cortes, hasta el empaque para su distribución en el mercado – no hay una más importante que otra. Bien sea el sano y juicioso manejo de las reses o la limpieza de los implementos con los que manipulan la carne, en este negocio la palabra mágica es salubridad.
En Chía, sin embargo, esa palabrita está en el olvido hace años. Y no lo digo porque los requisitos mencionados anteriormente no se cumplan, sino por la ubicación del matadero del municipio. Así como una utensilio sucio es perjudicial para quien consuma un corte manipulado con dicho implemento, la salud de los cientos de transeúntes que recorren los alrededores del matadero diariamente también está en riesgo.
Ese olor característico a matadero (nada agradable) no solo se puede referir como una contaminación olfativa, también como una razón de primera mano que conlleve a la gente a padecer de alguna enfermedad. Aunque vital para la canasta familiar, tener un matadero en pleno centro de Chía, al lado del terminal de transportes y rodeado de decenas de negocios y viviendas, no solo es inapropiado, sino nocivo para la salud. Ah, y justo detrás de la Plaza de mercado. Sí, ¡la plaza de mercado!
El Matadero recibe en promedio 70 reses diarias, que distribuye a los municipios aledaños y al nuestro. Abre de 7:30 am a 10 am para recibir a los comerciantes, con filas interminables de camiones. No podemos negar que es el sustento de familias y negocios, pero sí debemos reclamar una reubicación urgente.
No queremos sonar mojigatos, pero cuestiónese usted, habitante de Chía, lo siguiente. Ese matadero, ahí donde está ubicado, ¿no es una cuna de posibles enfermedades? ¿No aporta a la contaminación auditiva y visual? ¿No le resta belleza a nuestro municipio? ¿No desvaloriza la zona? ¿No frena el comercio de los negocios que buscan surgir?
Más que una voz de protesta, este es un llamado respetuoso para la reubicación de nuestro matadero. Que el alimento que representa vida, no se vuelva un problema que termine acabando con ella.
Un vecino más.
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