Balance negativo en ejecución del plan de gobierno de Varela
- Redacción La Lupa
- 16 sept 2015
- 2 Min. de lectura
A menos de cuatro meses de finalizar su administración, es necesario revisar algunos puntos del alcalde Guillermo Varela en términos de ejecución.

A grandes rasgos, la administración municipal ha cumplido con un gran porcentaje del programa de gobierno: “Gobierno con Autoridad Moral”. Sin embargo, existen puntos importantes que no han sido desarrollados a plenitud y cuya ejecución a estas alturas es incierta.
Uno de los puntos más críticos definitivamente es el de “REORDENAMIENTO TERRITORIAL, EQUIPAMIENTO Y MOVILIDAD”, recientemente cuestionado por el proyecto de construcción de la Troncal del Cerro. Respecto a este tema, el actual mandatario plasmó dentro de su plan de gobierno un compromiso:
“Es la visión del Gobierno con Autoridad Moral!, proteger los intereses y derechos de Chía y de sus gentes, sin negarle a la entidad el desarrollo merecido, es por ello, que facultado en la Ley 388 y sus decretos reglamentarios, convocaré a la participación ciudadana, siendo la consulta comunitaria, estudiada dentro de la realidad municipal y regional, la que oriente conjuntamente con un cuerpo técnico, la reformulación del P.O.T.”.
No obstante, las últimas manifestaciones evidenciaron la ausencia de participación de los habitantes del municipio en la formulación del P.O.T.
En términos de infraestructura quedan dos grandes deudas, toda vez que se prometió el diseño, formulación y gestión de los siguientes megaproyectos de infraestructura: ampliación de colegios municipales (El CONALDI y La General Santander generan grandes preocupaciones) y la construcción del frigorífico municipal (en ceros).
Respecto a movilidad, el panorama tampoco es muy alentador. A pesar que se contempló “buscar en concertación con el gremio transportador el uso racional de la malla vial reorganizando las rutas y paraderos, la optimización y mejoramiento del servicio público de transporte”, las rutas siguen siendo las mismas y una ruta como la Chilacos está siendo subutilizada.
También en movilidad, nos quedan menos de cuatro meses para ejecutar las prometidas “campañas pedagógicas para cultura ciudadana en torno al comportamiento peatonal y de conductores”.
En medio ambiente, está pendiente el importante “desarrollo del sistema de tratamiento de aguas residuales, buscando la descontaminación de las principales fuentes de agua municipal”.
El aspecto cultural ha sido medianamente cubierto con bastantes iniciativas, pero no fue sino hasta las manifestaciones contra la construcción de la Troncal del Cerro que volteamos a mirar hacia nuestra comunidad indígena, pese a que existía el compromiso de “proteger, mantener y divulgar la cultura y tradiciones de nuestro resguardo indígena, dando valor a su territorio y sus principios normativos y organizacionales”.
En términos de salud el vacío principal se encuentra en el ambicioso objetivo que se trazó, que buscaba “perseguir la municipalización del Hospital San Antonio”. Esta gestión no dio fruto.
En seguridad se ha hecho evidente la carencia de un pie de fuerza acorde a las dimensiones y problemáticas del municipio, situación que ha dificultado cumplir compromisos como el de “luchar conjuntamente con los frentes de seguridad ciudadana, para desmovilizar pandillas juveniles y demás expresiones crecientes de descomposición social”.
Si se hace una valoración cuantitativa de su gestión, la administración, por ítems ejecutados, obtendría una buena calificación. Sin embargo, teniendo en cuenta la importancia de las estrategias no ejecutadas esta valoración llega apenas a aceptable.
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