‘Vecino 10’, cultura cero
- Redacción La Lupa
- 25 sept 2015
- 3 Min. de lectura
Vecino 10 es un plan de cultura ciudadana encabezado por la Alcaldía Municipal de Chía, liderado por la Secretaría de Desarrollo Social y con el apoyo de las secretarías de Gobierno, Tránsito, Educación e incluso entidades como Emserchía, el IMRD y la Oficina Asesora de Prensa.
Estas son estrategias definidas luego de encuestar a 400 habitantes del municipio, quienes expresaron cuáles consideraban que eran las mayores problemáticas de Chía. Con base en los resultados, se agruparon tres ejes: convivencia, cuidado del medio ambiente y del entorno y movilidad.
Son diez compromisos que se debían poner en práctica conjuntamente con el objetivo de ser un poco más cívicos. Para ello, el programa usa mensajes claves como el respeto por los demás, el respeto por los animales y plantas, el cuidado de nuestro entorno, el buen comportamiento como peatones y conductores ( bien sea de servicio público, particular o bicicletas), entre otros.
Chía, igual que en los últimos cuatro años
Un plan de acción pedagógico como Vecino 10 es, sobre el papel, una excelente idea que nos recuerda la importancia de la cultura ciudadana para hacer del municipio un lugar mejor. Pero la administración se quedó corta en lo que se refiere a la implementación de dicho plan. Basta con observar las calles y el comportamiento ciudadano para darse cuenta que desde 2012, año en el que se comenzó a “implementar” el programa Vecino 10, hasta la actualidad, de cultura ciudadana, respeto por las ciclovías, movilidad y cuidado del medio ambiente, poco se ha avanzado o mejorado.
El problema no es el programa – que incluso cuenta con acciones bastante interesantes, prácticas y sencillas – sino su implementación. No se llevaron a cabo las suficientes acciones pedagógicas que le enseñaran al habitante de Chía a recoger los desechos de sus mascotas, a no arrojar basura en las calles, a utilizar de manera correcta la cicloruta, a coger el transporte público en las zonas permitidas, entre otros.
A simple vista, estas pautas de comportamiento deberían ser enseñadas en los hogares. Una persona no debería arrojar basura bajo ninguna circunstancia ni andar en su bicicleta por fuera de la cicloruta.
Chía será un mejor lugar si en los próximos cuatro años la administración se compromete a trabajar en la construcción de una cultura ciudadana fuerte, que convierta a Chía en un municipio reconocido por su educación y su cultura más que por el millonario presupuesto que maneja.
Aquí algunos apartes textuales del mismo y un pequeño análisis de la situación actual.
“El vecino 10 usa los paraderos”:. En más de una ocasión se intentó establecer una regla que exigía a conductores recoger y dejar a sus pasajeros en puntos preestablecidos. No se logró el objetivo. ¿culpa de los buses, que no respetan los paraderos, o de los pasajeros, que no saben en qué lugares se debía esperar su transporte?
“El vecino 10 mantiene limpio el espacio público”: en la mayoría de zonas, esto no se cumple. Bien sea por la falta de canecas en las vías o por la falta de cultura ciudadana, es habitual ver las calles de Chía llenas de desechos en el suelo.
“El vecino 10 cumple las normas de tránsito y parquea en lugares permitidos”: si hay una razón por la cual suceden tantos accidentes de circulación, es por violar las normas de tránsito. Y ni qué decir de estacionar en los lugares permitidos.
“El vecino 10 utiliza bien su bicicleta, transita por la ciclovía y no va en contravía”: no solamente no se utilizan bien, sino que constantemente circulan en contravía y, en ocasiones, por fuera de la misma, poniéndolos en peligro de ser arrollados por un automóvil.
Insistimos: era una buen programa. Pero no fue ejecutado de la manera adecuada. Faltó pedagogía, enseñanza. Para La Lupa, sería de vital importancia que el próximo alcalde mantuviera esta iniciativa y la materializara de tal forma que cambiemos esas costumbres y acciones que afectan nuestro entorno, nuestra tranquilidad, nuestro diario vivir e incluso también ponen en riesgo nuestras vidas.

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