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Alerta por sexo en lugares públicos de Chía

  • Redacción La Lupa
  • 25 nov 2015
  • 4 Min. de lectura

La Lupa de Chía publica esta investigación con el fin de alertar e informar a la comunidad acerca de esta peligrosa práctica que toma fuerza entre los jóvenes.

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Nos sumergimos en una práctica riesgosa que genera controversia y cada vez atrae a más personas: homosexuales y heterosexuales.


El Crusing, como es denominado, es una práctica que consiste en tener relaciones sexuales con personas desconocidas o apenas conocidas en lugares públicos. Hace un tiempo las autoridades ya habían alertado de la llegada de este fenómeno a diferentes ciudades colombianas, desmantelando puntos de encuentro que regularmente eran parques.


Según las informaciones de ese momento, otros espacios en los que se practicaba eran los sistemas masivos de movilidad (Metro, en Medellín; Transmilenio, en Bogotá; MIO, en Cali; entre otros), en los cuales se reforzaron los controles y se robustecieron las penalidades. Sin embargo, este fenómeno sigue creciendo y se apalanca en las nuevas tecnologías para evadir los controles de la policía.


Aunque la mayoría de los crusiers, como se denominan, son hombres, también hay mujeres que buscan compañeros ocasionales y parejas que quieren encuentros grupales. Solo hace falta una breve exploración en motores de búsqueda y redes sociales para identificarlos.


El crusing como práctica no tiene un punto exacto de inicio en la historia, pero existía desde mucho antes de la aparición del primer baño público. Hoy en día es mucho más complejo. La interacción inicia en las plataformas virtuales (Facebook, Twitter, Snapchat y ahora una aplicación de IOS dedicada exclusivamente al Crusing) y termina con el encuentro en lugares que la misma comunidad Crusier ha marcado como seguro, tranquilo o sin mucha vigilancia.


Gracias a esta interacción virtual permanente la comunidad mantiene actualizado el estatus de los lugares ya conocidos y los nuevos sitios identificados; incluso hay mapas con las indicaciones de los lugares para practicarse felaciones, masturbarse o tener relaciones íntimas.

En Chía, específicamente, los registros y conversaciones evidencian puntos específicos para los encuentros sexuales. El Cerro de la Valvanera, por razones obvias, es el más mencionado, con las vías veredales que conectan el municipio con Tenjo, Tabio y Cajicá. “El crusing es perfecto, se puede hacer de todo”, aseguran (ver página de crusiers*).


Otros lugares mencionados son: el gimnasio Hardbody, “el crusing es increíble en los baños de la piscina todo el día, pero hay que pagar la membrecía, pero de resto los gozas mucho”*; Sabana Norte Centro Comercial, “el crusing es bueno en todos los baños pero hay que tener cuidado con los vigilantes”; Centro comercial Plaza Mayor, “es un centro comercial que permanece casi desierto incluso los fines de semana. Tiene baños por todas partes”; Centro Chía, “en los baños de la plazoleta de comidas y en los baños de sanitas se pasa rico”; Unisabana, “en los baños al lado del edificio O del primero y segundo piso del lado norte y sur y en los baños de G”. -Citas textuales del contenido de la página www.gays-cruising.com-.


La mayoría de los practicantes son jóvenes que pactan encuentros con desconocidos con el fin de tener relaciones sexuales o simplemente "morbosear", como llaman. Esto implica grandes riesgos de salud para los Crusiers. La promiscuidad de los practicantes es alarmante.


A unos cuantos minutos de Chía, en el barrio Suba, se realizan incluso eventos cerrados para la comunidad. Se trata de fiestas en apartamentos privados en los que hay que pagar un alto valor de entrada, y a los cuales solo se puede asistir con invitación de uno de los organizadores (perfiles con altos niveles de seguridad y privacidad en twitter). De 20 a 30 personas en un lugar, teniendo relaciones unos con otros. Varios graban con cuidado de no mostrar rostros. El material es subido después a redes y sirve de aliento a los novatos para sumergirse más en la práctica.


Como cosa curiosa se encuentra el gusto bastante generalizado por personas vinculadas con las fuerzas militares. Hay cuentas inclusive que buscan y organizan a personas de las FFMM. Bachilleres y jóvenes en prestación de servicio satisfacen sus necesidades sexuales y comparten el contenido.


Cafés de internet “Glory Hole”

No existe registro de uno en Chía, aunque por la clandestinidad de este mundo no sería extraño. Se trata de lugares que ofrecen servicios de internet, con cabinas cerradas que tienen un computador de baja calidad e insipiente velocidad de internet. La persona ingresa y toma asiento. Al lado derecho e izquierdo unas pequeñas puertas cerradas con pasador.


Si el internauta desea, abre las puertas. Si es correspondido y el punto contiguo tiene abierta las puertas también, significa que los dos desean practicar sexo oral y que les practiquen. En algunos lugares el uso de protección es obligatorio. En otros depende de la conciencia del cliente.


Los códigos


Esta compleja comunidad también ha desarrollado una serie de códigos que se usan en diferentes situaciones. Los hay para las conversaciones virtuales y para llamar la atención de alguna persona que se encuentra esporádicamente en un sitio público (movimientos de manos, posición de las piernas, entre otros).

  • Hétero: es un hombre heterosexual que busca diversión o morbo.

  • Bi: hombre o mujer con gusto por personas de los dos sexos.

  • P / Pas / Pasivo: hombre que prefiere oficiar como haría la mujer en el acto sexual.

  • A / Act / Activo: hombre que gusta de los hombres pero prefiere penetrar.

  • HMH: pareja que busca un trio hombre-mujer-hombre.

  • MHM: Pareja que busca sexo grupal mujer-hombre-mujer.

  • Sit / Sitio: significa que tiene o conoce un lugar cercano para realizar la práctica.

Lo preocupante de la práctica son las consecuencias de salud que puede acarrear. La información puede ser corroborada con solo indicar en google, Twitter o Facebook, frases como: “crusing en Bogotá”, “crusing gay”, “crusing en Chía”, entre otros.


Que esta información sirva para que las autoridades competentes modernicen sus controles y hagan seguimiento a este tipo de comportamientos que ponen en riesgo la salud y seguridad de todas las personas.




 
 
 

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