¡Demos la vía!
- lalupadechia
- 15 mar 2016
- 3 Min. de lectura

Me dirigía al Éxito Express a hacer unas compras y en menos de dos minutos, sin siquiera quererlo, un par de situaciones que se presentaron se convirtieron en la radiografía perfecta de la falta de cultura y el poco conocimiento de las normas de tránsito que tenemos. Digo tenemos, porque estoy convencido de que el problema somos todos. Tengo certeza de que alguna vez en nuestro diario vivir cometimos una imprudencia que fácilmente se hubiera podido evitar si tan solo por un instante nos ponemos en los zapatos del otro. Ese otro que es un peatón, conductor, ciclista o motociclista exactamente igual a cualquiera de los que se encuentran leyendo estas líneas.
Primera situación: una mujer embarazada intentó cruzar la calle. Del lado izquierdo no venía ningún carro, del otro, sí. Sin embargo, se encontraba lejos de donde la mujer estaba. Cuando se disponía a cruzar, con total negligencia, aceleró su vehículo y por poco embiste a la futura mamá. Si bien es cierto que en ese lugar no hay una cebra, pareciera que la mayoría de conductores no supieran que el peatón siempre, ¡siempre!, tiene la prelación.
Desafortunadamente, ese percance que por poco termina en tragedia resume la idiosincrasia del conductor colombiano promedio: si le ponen direccional, en vez de dar vía, acelera más. Si una persona necesita cruzar, en vez de dar vía, acelera más. La gran mayoría pareciera creer que la vía es privada, y no pública. (absurdo, pues cada vez se ve más llena). Pareciera creer que el único que puede tener afán o urgencia de llegar a su destino rápido sea ese conductor que tampoco entiende que el tiempo que gasta pitando desenfrenadamente lo gasta poniendo su pie en el freno y evitando lo que podría llegar a ser un accidente.
Segunda situación: mientras ese hecho ocurría, en la otra calzada se iniciaba una acalorada discusión entre un joven que paseaba a su perro y un ciclista que transitaba por la acera y que por poco embiste al dueño del animal. Y este hecho plasma a la perfección uno de los mayores problemas que tiene, especialmente, Chía: las personas no saben montar bicicleta.
Considero que uno de los grandes aciertos de la administración pasada fue la construcción de ciclo vías. Hay bastantes y en las principales vías del municipio. Desafortunada, e increíblemente, es común ver muchos pedalistas transitar o por la vía de los carros o encima de los andenes. Y parece que el problema es el mismo de los conductores: no pensar en los otros. No pensar en la posibilidad de atropellar a un peatón o chocar con un carro. No pensar en que una ciclo vía es un blindaje contra los accidentes y un recorrido exclusivo para quienes su cicla es su medio de transporte. No pensar que personas de tercera edad son quienes, en su mayoría, caminan por las aceras y quienes más cuidado merecen. O simplemente no respetar y hacer un uso correcto de los espacios que la administración dispuso para ellos.
Amigo lector, la invitación de La Lupa es muy sencilla: la próxima vez que vaya en un carro y le pongan direccional, dele vía a ese conductor. Cuando una persona necesite pasar, frene y dele la vía. Si va en bicicleta por el andén y vienen personas, bájese y deles la vía. Hagámoslo todos. Dar la vía toma un segundo y forma una cultura que necesitamos urgentemente: la ciudadana.
Comentarios